Desde que aun no amanece nuestros hornos se encuentran trabajando con una misión especial, dar vida a los panes que serán el desayuno o la cena de cada familia que nos visita, y ha confiado en nosotros momentos de sabor inolvidables para su paladar.
Ser panadero en México es llevar en las venas pasión y vocación por la tradición, en donde el comensal construye y nutre día a día con su visita nuevas experiencias, por los pasillos de la panadería se escuchan los pasos de nuestro equipo, que sabe que estamos a punto de abrir, es un día nuevo para enamorarnos de nuevos sabores y llevar nuevas experiencias gastronómicas en las charolas.
De este modo el panadero es artesano, que desde los egipcios hasta nuestras tradiciones indígenas ha aprendido a moldear y hacer posibles nuevas ideas y texturas, como la arcilla de cualquier artista, la harina espera ser bautizada, una vez que se ha creado es mostrada en las charolas como una pieza única, para un comensal único.
En cada pieza el artesano ha dejado algo de su esencia, la concha, el cuernito, el taco y el beso, tienen un fundador que espera que sus creaciones sean bienvenidas para los paladares mas exigentes. Todos los días artesano y harina tienen una cita para hacer magia en los hornos.
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